En esta semana y gracias a magia de las redes sociales tuve un encuentro con una vieja amiga y antigua compañera de trabajo, yo ni siquiera residía en la misma ciudad que ahora y hacía muchos años que no nos veíamos así que todo eran preguntas de como fueron estos años, a qué te dedicas ahora y cómo te vá, qué fué de tal compañero y tal otro, te casaste...
Esta persona siempre fue metódica y eficiente en el trabajo, así que antes de formularle la pregunta sobre su estado profesional y cómo habría sobrellevado estos años de tantos cambios de tendencia de mercado no tenía muchas dudas de cuál sería su respuesta...le habría ido bien muy probablemente... comenzó a contarme que seguía en la misma empresa con mayor responsabilidad, además de otros proyectos en marcha y una actividad constante pero su estado de ánimo delataba algo más. No terminé de darle mi enhorabuena por todo ello cuando mencionó si recordaba el fuerte carácter de la persona a la que respondía directamente, su jefe directo. Por supuesto que lo recordaba...también lo fue mío por entonces.
Me indicó que este carácter había empeorado a lo largo de los años y que en muchas ocasiones había estado apunto de abandonar su puesto de trabajo en esa empresa con serias dudas sobre si sería capaz de aguantar una semana más esta situación y seguir pagando ese "peaje emocional"!!. Gracias al apoyo de terceros en momentos clave.. lo va gestionando pero sufriendo lo indecible me contaba.
"Una persona pierde su verdadera sustancia de la misma manera que un árbol se destruye con un hacha. Al igual que un árbol, la mente no puede conservar su belleza y continuar viviendo si se la tala día tras día. "